Día Nacional de la Zamba: la historia detrás de La López Pereyra
Cada 7 de abril se celebra el Día Nacional de la Zamba, y ésta una de las más icónicas. En su melodía inmortal se esconde una historia trágica, que muy pocos conocen.
Hoy, 7 de abril, se celebra el Día Nacional de la Zamba, una fecha no oficial pero tradicionalmente reconocida por los folkloristas. Si bien el día fue establecido formalmente el 29 de septiembre, en homenaje al natalicio de Gustavo "Cuchi" Leguizamón, uno de los padres del folklore, el 7 de abril se recuerda como el día en que se inscribió la primera zamba argentina en SADAIC.
Entre ellas, hay una que destaca como emblema del cancionero popular: "La López Pereyra". Pero detrás de sus versos melancólicos y su dulce melodía, se esconde una historia tan oscura como poderosa. Una historia de violencia, poder y femicidio que merece ser contada, aunque incomode.
Corría el año 1880 en Salta. Un joven hijo de inmigrantes italianos, Artidorio Cresseri, soñaba con la música y el reconocimiento. Mientras su padre lo obligaba a arriar mulas por los caminos del norte argentino rumbo a Bolivia, él anhelaba los escenarios, los aplausos y la noche. Pronto abandonó la soga y el chicote para volverse músico, cantor, y figura conocida entre las élites salteñas.
Fue en esa vida de excesos donde su destino cambió para siempre. La noche, el alcohol y los favores que hacía a los poderosos -incluyendo a curas, jueces y políticos- lo rodeaban de privilegios y también de impunidad. Una madrugada de 1910, en un arranque de violencia, golpeó brutalmente a su esposa tras una discusión. La mujer cayó, golpeó su cabeza contra el umbral de la casa y murió en el acto. Nadie intervino. Nadie se animó a acusarlo: era Artidorio, el artista, el amigo de todos.
El crimen fue caratulado como "homicidio en estado de emoción violenta" -una figura jurídica que se usó por primera vez en ese juicio- por el juez chaqueño Carlos López Pereyra, con quien Cresseri mantenía estrechos vínculos. Así fue absuelto. En honor (o burla) a esa justicia, Cresseri bautizó su nueva zamba con el apellido del juez: "La López Pereyra".
El tiempo pasó, y aquella melodía se convirtió en símbolo del folklore argentino. Lo que pocos sabían era el trasfondo de su letra, un homenaje sombrío a una mujer asesinada por su propio esposo. Artidorio Cresseri murió el 18 de octubre de 1950 en un asilo, pobre, olvidado y sin haber recibido nunca un peso en concepto de derechos de autor.
La Lopez Pereyra nace por un amor frustrado del Dr. Lopez Pereyra.
Creseri que se hizo amigo y conocedor de ese amor imposible le dedico esa zamba y como agradecimiento a la defensa del juicio.
Las tertulias que tenían eran en un famoso café el Aguila en ituzaingo y SanMartin. Esto contado por la década de los 50 y 60 .
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