Revelaron el motivo por el cual los rugbiers no ayudaron a Máximo Thomsen

En un emotivo y dramático final al juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, los ocho rugbiers acusados fueron condenados. Uno de los momentos más impactantes durante la lectura de la sentencia ocurrió cuando Máximo Thomsen, considerado el líder del grupo, se desmayó tras escuchar que le daban prisión perpetua.

Thomsen, visiblemente afectado, se desplomó en su silla, lo que obligó a interrumpir la lectura de la sentencia por unos minutos para que fuera asistido por los médicos presentes en la sala. La escena fue aún más llamativa porque ninguno de sus compañeros lo ayudó: solo un policía que estaba detrás de él le sostuvo la cabeza para evitar que se golpeara.

Según la normativa vigente, los acusados tienen prohibido tener contacto entre ellos dentro del tribunal. Algunas personas presentes en la sala aseguraron que Ayrton Viollaz intentó auxiliar a Thomsen, pero fue reprendido por el oficial a cargo, quien le ordenó que se mantuviera en su lugar.

Además, durante su presencia en la sala de audiencias, a los rugbiers se les retiraron las esposas para evitar cualquier señal de culpa o criminalidad ante los jueces. Sin embargo, si alguno de ellos realizaba algún movimiento sospechoso o intentaba levantarse, las esposas serían nuevamente colocadas.

Fernando Báez Sosa fue brutalmente asesinado el 18 de enero de 2020 a la salida de un boliche en Villa Gesell. El crimen, que conmocionó al país, fue perpetrado por un grupo de jóvenes rugbiers, quienes golpearon a Fernando hasta matarlo.