¿Unos adelantados?: Bolivia ya festejó el año nuevo

Bolivia celebró el Año Nuevo Andino Nº 5.532 con rituales ancestrales y bailes autóctonos, renovando sus pedidos a la Pachamama o Madre Tierra para una buena producción agropecuaria tras la reciente sequía que afectó los cultivos y la cosecha de alimentos. El festejo se realiza cada 21 de Junio, con la llegada del invierno.

La conmemoración principal tuvo lugar en la ciudadela prehispánica de Tiahuanaco, situada 80 kilómetros al oeste de La Paz, cerca del Lago Titicaca. El evento fue encabezado por el presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca. Desde el día anterior, diversas delegaciones, turistas extranjeros y funcionarios del Gobierno llegaron al sitio arqueológico, instalando vigilias con conjuntos folclóricos para esperar los primeros rayos del sol.

Al amanecer, los amautas o sabios andinos prepararon una mesa ritual con pedazos de leña y ofrendas como los 'sullus' o fetos de llama, y figuras de colores que simbolizan la prosperidad, dinero o salud. Estas ofrendas se alimentaron con alcohol o vino antes de ser quemadas en una gran hoguera.

La celebración, conocida como la fiesta del retorno del sol, 'Willkakuti' en aimara o 'Inti Raymi' en quechua, implica que las personas aguardan los primeros rayos del sol con las manos abiertas para recibir una energía renovada. Sin embargo, debido al cielo nublado, la ceremonia se centró en el encendido de la hoguera.

El presidente Arce expresó sus esperanzas para el nuevo año, deseando una mejor producción agropecuaria y más prosperidad para Bolivia. Destacó la necesidad de "más prosperidad, más ventura, más trabajo, más ingresos" para el pueblo boliviano. Este mensaje llega en un contexto de elevación de precios de alimentos como el tomate, cebolla y arroz, lo que ha provocado protestas y demandas de medidas efectivas por parte del Gobierno. Arce atribuyó estas dificultades a la "crisis climática" y a la situación económica global adversa.

La ceremonia concluyó con el 'acullico' o masticado colectivo de hojas de coca, una tradición que simboliza la convivencia comunitaria. Posteriormente, los asistentes bailaron en círculos al ritmo de las melodías de los grupos y comparsas autóctonas.

Además de Tiahuanaco, se llevaron a cabo ceremonias similares en otros puntos del país boliviano, con la participación de diversas autoridades en distintas 'wakas' o 'apachetas', lugares sagrados para las culturas indígenas.