El 60% de los argentinos está endeudado para pagar el alquiler y alimentos
El presidente de Inquilinos Agrupados, Gervasio Muñoz, advierte de este duro momento.
La crisis económica que afecta a Argentina sigue dejando huellas profundas en la vida de los ciudadanos. Un reciente informe de Inquilinos Agrupados de la República Argentina reveló que el 60% de los argentinos está endeudado para cubrir necesidades básicas como el alquiler y los alimentos. Esta alarmante cifra puso de manifiesto la difícil situación que enfrenta la mayoría de los inquilinos en el país.
Según el presidente de Inquilinos Agrupados, Gervasio Muñoz, el endeudamiento se convirtió en una constante para quienes luchan por mantener un techo sobre sus cabezas. "El alquiler es lo último que se deja de pagar", afirmó Muñoz a FmProfesional, destacando que la crisis habitacional está empujando a muchas personas, especialmente a los jubilados y personas de la tercera edad, a situaciones desesperadas.
Un cartel de los Inquilinos Agrupados, reflejando esta dura situación.
El informe, basado en datos desglosados del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) sobre el primer trimestre de 2024, muestra que más del 70% de los ciudadanos que alquilan están bajo la línea de pobreza. En hogares de tres personas, este índice alcanza el 80%, mientras que en aquellos con cuatro o más integrantes sube al 88%. Estos datos pintan un panorama sombrío, con un crecimiento preocupante en el número de desalojos.
Muñoz explicó que, tras la segunda actualización de precios por inflación, muchas personas ya no pueden sostener los pagos y se ven obligadas a abandonar sus hogares, muchas veces sin tener a dónde ir. Este fenómeno es particularmente grave entre los jubilados, quienes se encuentran cada vez más vulnerables ante la imposibilidad de afrontar los altos costos de alquiler.
Cada vez es más difícil sostenerse en un alquiler en Argentina.
La situación económica dejó a numerosas familias entre la espada y la pared, donde el endeudamiento para cubrir los gastos más esenciales se convierte en una peligrosa norma. Con una economía familiar en "jaque", como lo describe Muñoz, la posibilidad de mejorar las condiciones de vida parece cada vez más lejana para una gran parte de la población.
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