Isonza: el sueño de la autogeneración de energía en una escuela rural
Docentes y alumnos de la Universidad Nacional de Salta (UNSA) y de la escuela rural de Isonza, un paraje del departamento de San Carlos, a 130 Km. de la capital salteña, han participado del proyecto generado por la ONG 500RPM y la Asociación Argentina de Energía Eólica, para instalar un aerogenerador de 350 W de potencia. Cómo llegaron al primer molino eólico de autoconstrucción:
El proyecto ha constado de la construcción de todas las partes de un aerogenerador, desde las bobinas de cobre, pasando por el corte de metal y soldadura hasta el tallado de las aspas en madera de cedro.
Este proceso se llevó a cabo en la sede del Instituto de Investigaciones en Energía No Convencional (INENCO), perteneciente a la UNSA, y en el que participaron más de 30 personas, entre docentes y alumnos de dicha universidad y de la Escuela Nº 4596 "Gral. Martín Miguel de la Mata Güemes", establecida dentro del Parque Nacional Los Cardones, en el corazón de los valles calchaquíes.
La escuela, hacia donde posteriormente se llevó el aerogenerador para instalarlo, cuenta con unas pocas decenas de alumnos, la mayoría de los cuales deben recorrer distancias de entre 25 y 50 Km. para asistir a clases, trayecto que algunos realizan a caballo, otros en bicicleta y muchos a pie.
El aerogenerador, de diseño Piggott, utilizado en todo el mundo por numerosas organizaciones para la electrificación rural por su simpleza y robustez -según se afirma desde la ONG 500RPM, una organización dedicada a difundir esta tecnología tanto a través de proyectos como de cursos abiertos a todo público- implica la posibilidad de generar energía en una locación a la que no llega el tendido eléctrico; el fluido, según el director de la escuela, servirá para llevar adelante un aula de computación además de proveer a distintos aparatos.
Cómo llegaron al primer molino eólico de autoconstrucción
Los alumnos, con sus propias manos tallaron perfiles aerodinámicos en madera de cedro, hicieron bobinas de cobre, cortaron metal y lo soldaron, ensamblaron todas las partes y el aerogenerador quedó listo para instalarse. Entonces viajaron hasta Isonza, atravesando la cuesta del Obispo camino a Cachi, y junto con integrantes de la comunidad educativa dejaron el molino funcionando en la escuela N°4596 Martín Miguel de Güemes, que se encuentra dentro del parque nacional Los Cardones.
Durante una semana más de 30 personas trabajaron en la construcción de un aerogenerador. Entre ellos se contaban estudiantes y docentes de la Universidad Nacional de Salta (UNSA) y de la escuela rural de Isonza, junto con algunos participantes particulares. El proyecto, generado por 500RPM y la Asociación Argentina de Energía Eólica, contó con el apoyo del Departamento de Física de la UNSA, a cargo del Dr. Fernando Tilca, y del Inenco, y recibió la financiación del programa nacional PROCODAS, para proyectos de “tecnología para la inclusión social”.
El aerogenerador fabricado es de diseño Piggott, utilizado en todo el mundo por numerosas organizaciones para la electrificación rural, por su simpleza y robustez, que lo hacen ideal para lugares alejados.
El aerogenerador de la escuela rural de Isonza es de 350W de potencia nominal y será utilizado para la carga de computadoras portátiles y teléfonos celulares de docentes y alumnos, y también se prevé la creación de un aula de computación que podría ser abastecida por el mismo.
“La provincia de Salta tiene vientos aptos para la energía eólica principalmente en los valles calchaquíes y en la Puna. Además en las zonas con montañas siempre es posible hallar sitios propicios, dado que se generan túneles de viento naturales”, explicó el ingeniero Esteban van Dam, cofundador de 500RPM. Así, la escuela se eligió por estar situada en una zona con buenos vientos y también por tener una necesidad energética, tal como lo explicó Héctor Vargas, director de la escuela primaria: “Tenemos paneles solares pero fueron pensados para otra realidad. Ahora con las nuevas tecnologías se necesita más energía y nos estábamos quedando sin luz.”
El domingo 24 de abril se dieron las capacitaciones prácticas de operación y mantenimiento del equipo para la comunidad educativa de la escuela. Desde que se izó por primera vez, el molino estuvo girando a gran velocidad y generando energía. Los participantes habían instalado también la conexión en la escuela, varias zapatillas de enchufes y hasta una repisa que ellos mismos fabricaron. Entonces enchufaron computadoras, teléfonos celulares y luces para probarlo. “Todo el fin de semana fue una fiesta. La escuela nos recibió con mucho cariño y nos deleitó con la gastronomía típica, de la mano de Eva y Crisanto y varios ayudantes de cocina. Mientras degustábamos un corderito nos iluminaba una luz encendida por el viento”, contó emocionado un participante.
Se fueron yendo el domingo por la tarde, luego de un fin de semana espléndido. Atrás quedó el molino cuya identidad se dibujaba con gran arte en el timón: la provincia de Salta atravesada por un guanaco y un cardón de un lado y Güemes a caballo del otro lado.
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